El Barcelona Synchrotron Park publicaba hace una semana el artículo "Somos territorio de innovación" en el que se hacía eco del documento "Strengthening the European Innovation Ecosystem vía the enhanced involvement of Science Parks and other Areas of Innovation in the relevant EU strategies, policías and programmes" elaborado por la División Europa de la Asociación Internacional de Parques Científicos y Áreas de Innovación (IASP) en el marco del programa Horizon Europe de la Unión Europea y, en particular, sobre la iniciativa Enhanced EIC pilot del Consejo Europeo de la Innovación que tiene como objetivo "apoyar a innovadores de primer nivel, empresarios, pequeñas empresas y científicos con ideas brillantes y ambición de escalarlas internacionalmente ".
Los parques científicos y las áreas de innovación promueven actividades basadas en conectar personas, favorecen el talento, crean redes y proporcionan espacios adecuados para crecer, por lo que pueden ser actores clave de esta nueva iniciativa de la UE, según explica la IASP en su artículo.
Este documento ofrece una oportunidad para recordar que Cerdanyola del Vallès y su entorno conforman justamente lo que se llama un Área de Innovación. El Barcelona Synchrotron Park con 1,4 M2 de techo para empresas innovadoras y su icónico sincrotrón ALBA, la mayor instalación científica del sudoeste de Europa; la Universidad Autónoma de Barcelona, con 4.000 investigadores, 30 centros de investigación y el Parc de Recerca UAB; el Parc Tecnològic del Vallès con más de 100 empresas innovadoras y el centro tecnológico EURECAT; los institutos y centros del CSIC (IMB-CNM, ICMAB, IIIA)...
A las organizaciones locales se suman otras instituciones ubicadas en las ciudades vecinas de Sant Cugat (ESADECreapolis, Escuelas Universitarias Gimbernat, Escuela de Arquitectura del Vallès), Sabadell (Corporación Sanitaria Parc Taulí) o Terrassa (LEITAT, UPC), así como un denso tejido industrial de más de 10.000 empresas en un radio de 7 km.
Se trata sin lugar a dudas de un territorio privilegiado que, gracias a la concentración de talento y estructuras interconectadas, permite la emergencia de nuevas ideas y la consecuente innovación que necesita la economía. Una singularidad que no deberían pasar por alto los políticos locales ni a los técnicos del Ayuntamiento a la hora de definir qué modelo de desarrollo socio-económico se quiere para Cerdanyola del Vallès.
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